lunes, 29 de enero de 2018

Malardrottningen



La luz atraviesa el ojo de buey,
Los pies bajo el nivel del mar
Se mecen entre crujidos leves
Vaivenes que suaves mecen
Al viejo barco, que ya, solo sueña,
Sueña en sus horas de galán,
En las recias olas amansadas,
En los fríos vientos del Norte,
Ahora, ahora mira con sabiduría
A las embarcaciones que pasan,
A los cadenciosos, ruidosos trenes,
Mil instantáneas lo recordaran,
Azul del mar, azul del cielo,
Entre azules y doradas tardes
Pasan los días, pasando sin pasar,
Pasan almas plenas de curiosidad

Y pasan los sueños que recordaré.


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