domingo, 16 de abril de 2017

Sensualidad pétrea



Oigo tu cuerpo,
Soñando seductor en la distancia, 
Sintiendo que atraviesa mis sentidos,

Oigo tu cuerpo,
Vibrar con el contacto de mis ojos,
Alimentándose solo de mis sentidos,
Oigo tu cuerpo,
Mostrando señales que me han de guiar
Por los senderos que desde tu nuca
Me han de llevar a esas hermosas, 
Húmedas costas, donde habita la ilusión 
Oigo tu cuerpo,
Cubierto por mis manos que acarician ,
Sintiendo como se erizan pieles sedosas,
Puertos infinitos que reposan entre satenes
Incitando a desterrar, rudas monotonías,
Oigo tu cuerpo,
Tatuando sobre mi piel tu aroma de mujer,
Los besos dados, deseados, los olvidados
Y Cada instante me desnudas sin tocarme
Plantando la semilla de tu universo sobre mi,
Oigo tu cuerpo,
Bella y triste, tú alma inexplorada, 
Playa luminosa donde se forjan sueños
Y adicciones permanentes en el tiempo.


Es Afrodita




Que daría por oír el rumor de ese cuerpo,
Que daría por sentir la brisas de esa voz,
Que daría por besar sus desnudos hombros, 

Y ver bandadas de rubores paseando por tu faz.
Tan mudo y vacilante es el amor, que pinta ojos
Con el brillo que brinda la ventana de una mirada,
Esa mirada que conjuga el candor y la lujuria, 
esa mirada bruñida y seductora que ilumina
Los destinos, esos abismos deseados y buscados
Y a veces hallados con deleite y cierto estupor.
Que daría por andar los senderos de ese cuerpo
Navegando por esos océanos de los sentidos,
Si, somos islas rodeadas de emociones temporales 
Que luchan cual caleidoscopio que se reinventa
Con cada mirada, así se junta pasado y presente
Y quien sabe, quizás el futuro descarte nostalgias.