sábado, 28 de diciembre de 2013

Otoños


Llegados al otoño de la vida,
transcurridos, esos nuestros
veranos e inviernos infatigables,
homenaje mortal de peregrinajes,
cantando los olvidos olvidados.

Sé que la estirpe no sustituirá a los años
y a esa
bendita colmena de néctar maduro
que a mis labios febriles atormenta
cuando la bruma oculta horizontes,
esas nieblas que silencian paisajes,
esplendidas impurezas de luz insegura
meciendo la noche estremecida
y ungiendo tu sedosa piel morena,
entonces solo entonces, recorro
tus campos desnudos de vergüenza
por donde
fluyen torrentes de ecos dormidos,
sonámbulas flores entre la niebla,
 así quedando sin aliento
como guardianes que esperan la mañana
consuman las palomas su oración
entre vientos enloquecidos
y siempre a la sombra
de
colleras de cipreses centenarios
que gritando silenciosamente, casi sin sombras
engrandecen al viento

amamantando otoños de pasión.