domingo, 2 de octubre de 2011

Sentir la Alhambra



Aguas de abril, 
aromas de mayo,
sonidos, sabores, olores
brisas caídas del cielo.

Cuando el sol se pone 
en alamedas y ramblas
 de mi montaña mágica,
riadas de cálida   luz.

Con ansia de juventud
busco el tiempo perdido
palpo aromas de rosas,
sonidos de aguas cantarinas.

Mil y una noches de fulgor,
mil y una noches de olor,
mil y una noches de sabor,
mil y una noches de amor.

Un luminoso  faro de aromas
guía mis pasos perdidos,
por tus jardines de leyenda
lazarillos de mis sentidos.

Cuanta tristeza de mujer
vivieron tus estancias
con la nostalgia del adiós
de aquel moro enamorado.

Bajo el camino de los cipreses, 
céfiro corteja tus verdes brazos
con dulzura, con extrema lujuria,
como solo el viento ama la fronda.


Sabor a sencillez
olor de intimidad
acacias y almendros
derraman sus perfumes.


Dale limosna mujer
que no hay mayor pena
que ser ciego en Granada
reza la trova popular


Pero es mayor tristeza
no cerrar los ojos 
para enaltecer
sensaciones silenciadas.


Cierra los ojos,
escucha el agua,
percibe el viento,
degusta los aromas,
es qalat, la Alhambra.


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