jueves, 13 de octubre de 2011

Eterna sed


Entre mis brazos veo tu cintura
doblarse como espiga al viento
por los besos que nunca existieron
esos vientos pasajeros que rozaron
el alma, como huellas borradas
en las frescas orillas de la mar.

En tus ojos fluyen ríos de tristeza,
porque tus labios añoran manantiales 
secretos de húmedos besos
como el musgo busca el frescor ansiado, 
eterna sed ,saciada y compañera.

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