sábado, 13 de febrero de 2016

Sueños de ayer



Sal solecito,
calientame un poquito
para hoy, para mañana
y para toda la semana.

A veces, sueño con la infancia,
paredes blancas, verdes macetas
juegos callejeros, calles de luz,
sueños dulces en tardes vírgenes.

Trémulas y frías las mañanas de enero,
un rincón  buscando los besos de sol
como tras días de lluvia, busca el caracol
sabiendo que el frío no morirá sin hierba.

Entre brumas, rompen los sueños,
sueños sin tempestades y esperanzas,
la calidez de los sueños tranquilos
entre hermosos rostros risueños.

Amaneceres de colores,
amaneceres con esencias,
amaneceres de olores,
amaneceres de ausencias.

A veces sueño con la escuela
los fríos inviernos temblando
y don Miguel, rígido maestro
derramando silencios en su tutela.

Severo, austero, disciplinado,
como los tiempos vividos
a veces aturdidos, otras atrevidos,
 piedras pequeñas buscando la luz.


Las tardes nunca tienen prisa,
Los gritos se amortizan entre sombras,
las graillas van quedando desiertas
y el crepúsculo colorea las coplillas
que en sueños se vuelven eternas.


Sal solecito,
calientame un poquito
para hoy, para mañana
y para toda la semana.


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