No podemos subir a
todos los trenes
Que pasen por nuestra estación
Pero al menos podemos
soñar
Los caminos que han de
recorrer,
Es un hábito, querer
vivir otras vidas,
Querer ser luz y a la
vez oscuridad,
Querer ser la memoria y
el olvido,
Querer ser el amante y
el amado.
Los caminos de la vida,
miles son
A veces, los imaginados
son llanos,
Pero los reales
son como son,
A veces firmes, rectos,
sinuosos,
Embarrados, otras
inexistentes
Pero siempre,
siempre gratificantes
Porque en los viajes se
goza el camino,
Llegar solo significa
que el viaje acabó,
La vida a veces nos
lleva entre límites
Y ese es su valor, el
valor de vivirla,
Manchadas las manos con
su esencia,
Pegadas en nuestras
suelas los eternos
Polvos de la existencia
o lodos creados,
Poco importa porque la
vida es bella.
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